El consumo de la carne desde la infancia

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El consumo de la carne desde la infancia
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Un aporte de proteínas, minerales y vitaminas esenciales para el desarrollo

Inculcar una alimentación variada desde infancia es uno de los aspectos más importantes de la educación de nuestros hijos, ya que favorecerá una vida más saludable en la edad adulta. Está demostrado que consumir proteínas de alto valor biológico es fundamental en el adecuado desarrollo de las actividades regenerativas y funcionales de los niños, y aún más si cabe en adolescentes. Y las proteínas de la carne contienen todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo.

La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) recomienda en un reciente estudio consumir carne entre 5 y 8 veces a la semana. Y este consumo se considera ideal combinando carnes rojas y blancas.

La carne es un alimento rico en nutrientes, que aporta cantidades valiosas de proteínas de alto valor biológico, hierro, zinc, vitaminas B y selenio, con una biodisponibilidad mayor que la encontrada en otras fuentes dietéticas. El hierro de la carne, por ejemplo, es fácilmente absorbible y se incorpora mucho mejor a los glóbulos rojos que el contenido en alimentos vegetales. Y ¿sabías, por ejemplo, que la vitamina B12, que juega un papel clave en nuestra salud, solo se obtiene únicamente de alimentos de origen animal y en mayor proporción, en la carne? Por eso, quienes optan por una alimentación vegetariana o vegana han de conseguir el aporte necesario de vitamina B12 para su organismo mediante la toma de complementos vitamínicos.

Otro buen hábito que puede redundar en la buena salud de nuestros hijos es acostumbrarlos a tomar el tradicional bocadillo, mucho más saludable que otros productos utilizados a menudo por los padres solo por comodidad. Y algo que no debemos olvidar, la dieta mediterránea es también carne, y de hecho basa buena parte de sus pautas saludables en conciliar el consumo de vegetales con el de productos cárnicos. Aplicar diversidad a la dieta es fuente de salud, y variar los tipos de carne que consumimos desde niños también es muy aconsejable.

Tener cultura nutricional nos hace más libres a la hora de elegir unos hábitos alimentarios ricos y  saludables. Unos valores que desde la infancia nos ayudarán a vivir más felices y sanos.

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