La tapa, un emblema de nuestra gastronomía

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La tapa, un emblema de nuestra gastronomía
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Dentro del gran recetario de tapas, la carne es uno de los productos estrella

Icono donde los haya de la cocina española, la tapa es un fenómeno ya conocido en todo el mundo. La tapa es mucho más que un mero formato de presentación; se trata de una forma de entender la gastronomía: en pequeñas pinceladas. Hay tapas de todo tipo, desde las mejores recetas a los mejores productos. Un auténtico símbolo de nuestra cultura que basa su éxito en la riqueza de ingredientes y en una variedad formidable, y que no sería lo que es sin la deliciosa aportación de los productos cárnicos.

 

Sin carne nos hubiéramos perdido tapas legendarias

Por supuesto, son maravillosas las especialidades del mar y de la huerta que salen de los fogones de miles de bares de España. Pero además de clásicos como la sardina, los calamares, las papas bravas, el salmorejo o el pisto, hay tapas que emplean las mejores carnes para gloria de la gastronomía española. Quién no ha reverenciado, por ejemplo, delicias como el flamenquín, las patatas a la riojana, la butifarra con mongetes, el jamón ibérico, el lacón, el conejo al ajillo, los callos de ternera, las chuletitas de cordero o las croquetas del puchero… Palabras mágicas escritas a tiza en pizarras que han sentado cátedra, y cuya lista podría ocupar diez artículos como éste.

Las tapas son una buena forma de acostumbrarnos a una alimentación variada. Su vinculación con la Dieta Mediterránea es garantía de excelencia. En España predomina el buen hacer culinario y, por lo general, se cuida mucho que los productos que consumimos en las tapas sean frescos y de calidad. Y muy importante, el tapeo es una manera de comer que nos proporciona además bienestar y felicidad, algo que hacemos normalmente en sociedad, con amigos y familiares. ¿Sabías que ciertos alimentos como la carne tienen la propiedad de liberar procesos en nuestro organismo que favorecen sensaciones de placer?

Desde el punto de vista nutricional, se ha demostrado que con 3 ó 4 tapas diferentes podemos satisfacer los nutrientes adecuados de un almuerzo. Así ingerimos dosis justas, ricas y, por qué no, divertidas de diversos tipos de alimentos que nuestro cuerpo, sin duda, agradecerá. Pero eso sí, un tapeo equivale a una comida. No necesitamos, después de ese número de tapas, sentarnos de nuevo a tomar un almuerzo.

Como has visto, son muchos los motivos para celebrar la existencia de las tapas en nuestra gastronomía, y más aún, en nuestra forma de vida. ¡Feliz Día Mundial de la Tapa!

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