En Carne y Salud defendemos una alimentación variada y equilibrada, en el marco de la Dieta Mediterránea, que incluya todos los grupos de alimentos en las pautas de consumo saludable recomendadas por la comunidad científica. Dentro de ella, el papel de la carne se presenta fundamental.
Sin embargo, algunas campañas interesadas tratan de desprestigiar la labor del sector ganadero-cárnico a través de mensajes que manipulan la realidad y engañan al consumidor. Mensajes relacionados con la sostenibilidad y el impacto medioambiental de la producción ganadera-cárnica, realizando afirmaciones tales como que “Una hamburguesa contamina más que un trayecto en coche”. Ante estos esfuerzos, queremos reiterar el compromiso del sector ganadero-cárnico con los retos medioambientales globales.
Los datos avalan que las emisiones del sector ganadero-cárnico son muy inferiores a las producidas por otros sectores. A pesar de ello, su compromiso por reducir el impacto medioambiental es constante. Conozcamos algunos de esos datos:
A nivel mundial, la ganadería supone únicamente el 5,8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según los cálculos de Climate Watch y World Resources Institute. En España, según los datos oficiales del "Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero", la producción ganadera de carne representa el 7,8% del total de emisiones de GEI de nuestro país, incluido en el 11,9% del apartado total de la agricultura. Por el contrario, el transporte supone el 27% de esas emisiones, seguido por la industria con un 19,9%, la generación de electricidad (17,8%), el consumo de combustibles (8,5%) o los procesos industriales y uso de otros productos (8%). Por tanto, no tiene ningún sentido equiparar la producción cárnico-ganadera a la contaminación de otros sectores como los relacionados con la energía, etc.
De hecho, un coche de gasolina genera 8,8 kg CO2 persona y día (gasolina) o 9,6 kg CO2 persona y día (diesel) , mientras que la producción de una hamburguesa de 100gr. genera solo entre 0,7-5,9 kg, según su composición. Para que te hagas una idea, un vuelo ida y vuelta Madrid-Barcelona supone más del doble de huella de carbono que la de toda la carne de vacuno que cada persona consume en todo un año.
A pesar de los datos compartidos anteriormente, el sector cárnico es perfectamente consciente de los retos medioambientales que afronta nuestra sociedad trabaja para mejorar procesos y disminuir la huella que deja en su entorno.
Otro de los problemas económicos, sociales y ambientales es el desperdicio de alimentos, que supone el 17% de emisiones directas de GEI en la Unión Europea. ¿Qué hay en tu cubo de basura? Según datos oficiales, los productos frescos llenan el 84,7% en los hogares españoles, especialmente las frutas, verduras y hortalizas, de las que se desperdicia un 44,3%. En cambio, sólo un 7,1% de carnes y elaborados se desperdician.
La huella de carbono del desperdicio de alimentos supone más de 3.000 millones de toneladas de emisiones de CO2 eq/año. La mayoría de energía desperdiciada en alimentos destinados a personas proviene de los cereales (53%), seguidos de raíces y tubérculos, frutas y verduras, en tercer lugar, según la FAO y el World REsources Institute.
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