Ya está aquí el invierno, las temperaturas bajan y tu cuerpo te pide platos reponedores sanos y nutritivos. Y qué mejor para entrar en calor de manera saludable que un buen caldo de carne.
Son muchos los cortes de carne que (como popularmente se dice) “te hacen un caldo extraordinario”. Si quieres conocer todo sobre los diferentes cortes de carne, aquí tienes este post.
Algunas de las piezas más recomendables para preparar un caldo de carne son la falda, el morcillo y el osobuco, así como huesos de caña o espinazo, por ejemplo.
La razón por la que estos cortes resultan idóneos para cualquier consomé es que son muy ricos en gelatina; un colágeno natural que aporta una textura, un sabor y unas propiedades excelentes al conjunto. Además, estos cortes suelen ser especialmente económicos, por lo que no solo la salud y el paladar salen beneficiados, también el bolsillo.
Si las piezas son muy grandes te aconsejamos trocearlas. De esta manera, se aprovechará mejor toda su sustancia y el caldo adquirirá la consistencia perfecta.
¿Te va apeteciendo ya un consomé de cena? Pues toma nota, aquí te decimos cómo hacer un caldo de carne rico y saludable. ¡Verás que fácil!