¿Cómo conservar la carne en verano? Todo lo que debes saber

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¿Cómo conservar la carne en verano? Todo lo que debes saber
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No todos los alimentos son iguales, cada uno tiene sus necesidades de mantenimiento y conservación.  Por esto es especialmente relevante en verano conocer los detalles para conservar la carne en las condiciones idóneas para su consumo. Exponer este tipo de alimento a altas temperaturas puede provocar la aparición de microorganismos. Para evitar  que esto suceda, debemos seguir una serie de recomendaciones. 

A continuación, detallamos buenas prácticas para almacenar y conservar la carne en perfectas condiciones en el frigorífico y consumir en un estado que garantice su calidad. 

 

Cadena de frío

 

En el caso de los alimentos frescos, siempre es fundamental no romper la cadena de frío, para evitar su deterioro y alargar la vida útil de la carne.

Si es verano, te recomendamos que compres una bolsa isotérmica para poder transportar todos los productos frescos, como la carne picada. Además, debes acortar los tiempos del transporte de la carne del supermercado o carnicería al refrigerador de casa. 

 

Prestar atención al etiquetado

 

La carne envasada generalmente se conserva mejor, durante un período de tiempo más largo ya que el aire está más controlado y la velocidad de oxidación se ralentiza. 

En cuanto a la carne comprada en mostrador, en una carnicería por ejemplo, debemos respetar estrictamente el plazo para consumirla. La carne fresca debe consumirse lo antes posible, preferiblemente en cuatro días. Eso sí, si se trata de carne picada, es mejor cocinarla lo antes posible. Se recomienda mantenerla por debajo de los 2ºC y los productos elaborados con ella deben estar por debajo de los 4ºC.

 

Almacenar adecuadamente la carne en el frigorífico

 

Para evitar ensuciar el frigorífico o contaminar otros alimentos, recomendamos guardar la carne en la parte inferior del frigorífico, donde el aire acondicionado está más concentrado y se puede conservar mejor.

En cualquier caso, se recomienda almacenar la carne comprada por peso en recipientes limpios y herméticos. No es buena idea dejar la carne en un plato, hay que proteger la carne del contacto con el aire para evitar la contaminación y oxidación prematura. Además, evitarás olores desagradables.

Otra norma importante es no colocar los alimentos frescos (como la carne, pescado, verdura, etc.) al lado o en contacto con alimentos ya cocinados o listos para su consumo, para evitar la posible transferencia de microorganismos. La norma, como hemos dicho, es colocar los alimentos sin cocinar en recipientes limpios y herméticos y en una zona aparte de los alimentos ya listos para comer.

Cuando se rompa la atmósfera protectora, debes consumir la carne lo antes posible. No utilices papel de aluminio para guardar alimentos en el frigorífico porque será difícil sacarlos más tarde sin dejar pequeños trozos. 

Los productos cárnicos envasados ​​en bandejas o al vacío se pueden almacenar de esta manera para una mejor conservación.

En general, no es aconsejable sobrecargar el frigorífico, ya que esta práctica dificultará la correcta distribución del aire acondicionado y afectará al estado de los alimentos frescos.

 

La temperatura adecuada para conservar la carne

 

Asegúrate de mantener la temperatura en el frigorífico en 4ºC para que la carne se conserve bien. Si deseas congelar carne, la temperatura debe ser de -18ºC.

Procura tener abierto el frigorífico el menor tiempo posible, para no perder temperatura y mantener los alimentos en buen estado durante más tiempo.

En el congelador, a una temperatura inferior a los -18 grados, la carne se puede conservar perfectamente durante varios meses. Eso sí, procura que queden bien tapados y que no entren en contacto con otros alimentos, especialmente con pescado, porque puede alterar el sabor.

El proceso de congelación de la carne cruda debe completarse lo antes posible para evitar la formación de cristales de hielo. Es mejor cortar la carne en trozos pequeños, envolverlos en plástico y separar por partes. 

Ya sea cruda o cocida, la carne debe descongelarse lentamente para que quede uniforme. Después de sacarlo del congelador se debe colocar en la zona refrigerada del frigorífico, de esta forma evitamos perder parte del sabor y nutrientes de la carne, y la aparición de microorganismos. Nunca debe descongelarse la carne a temperatura ambiente fuera del frigorífico, ni aplicar agua caliente. La carne descongelada debe cocinarse inmediatamente para garantizar su idoneidad.

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