Elegir un método de cocinado sencillo y adecuado para cada tipo de alimento es casi tan importante como seleccionar una gran variedad de alimentos frescos para nuestra dieta. Así, es importante elegir técnicas de cocinado que requieran un menor aporte de grasa como la plancha o el vapor, que además implican que el alimento conserve mejor todas sus propiedades.
Según los datos del Informe del consumo de alimentación en España de 2017, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, podemos observar que en España predomina el uso de métodos de cocinado como la plancha, hervido o al vapor frente a otras preparaciones con un mayor aporte de grasa como la fritura o el rebozado.
En este sentido, algunas carnes como la de vacuno resultan ideales para cocinar a la plancha. Basta con contar con una sartén o plancha, una pieza de carne, un poco de aceite de oliva y un poco de sal para preparar un plato sencillo y delicioso. Se trata de un plato de fácil elaboración, aunque en ocasiones cometemos errores que hacen que quede duro, pierda mucha agua durante el cocinado o queden fríos.
En primer lugar, es importante elegir un corte de carne adecuado para cada técnica de cocinado, sin olvidar que la pieza de carne no se debe cocer, sino que se saltea o cocina a la plancha. Así, cortes de vacuno como el lomo, solomillo o aguja son idóneos para cocinar a la plancha.
A la hora de cocinar la carne debemos tener en cuenta que las carnes siempre se cocinan a temperatura ambiente y nunca recién sacadas de la nevera. Además, la plancha o sartén debe estar lo más caliente posible y, en caso de necesidad, se pueden añadir unas gotitas de aceite de oliva. Por último, la pieza de carne se debe cocinar primero por un lado y luego por el otro, si pasamos cada lado varias veces por la plancha esta perderá toda su jugosidad.
En cuanto al cocinado al vapor, las piezas que más jugosas quedan son aquellas con poca grasa, como el solomillo de cerdo. En este caso, para que queden más sabrosas se pueden sazonar con una mezcla de especias o hierbas aromáticas, de esta forma no será necesario añadir sal a la carne. Por ejemplo, el zumo de limón con romero y el estragón son opciones deliciosas, aunque también se pueden preparar con un poco de aceite de oliva y pimentón.
Otro de los métodos de cocinado cuya utilización sigue creciendo en los hogares españoles, es el cocinado al horno. Así, esta técnica de cocinado resulta idónea para un gran número de alimentos como pescados, vegetales y carnes, como la de conejo u ovino. En este caso, bastará con salpimentar la carne, añadir romero y tomillo e introducir al horno con una mezcla de agua y vino. A mitad de cocción, debemos dar la vuelta a la carne para que se dore por ambos lados.
Las técnicas de cocinado mencionadas permiten elaborar una gran variedad de platos sencillos y sabrosos, que mantienen en mayor medida las propiedades nutricionales del alimento, conservando su contenido en vitaminas y minerales y potenciando el sabor original del alimento, sin implicar un contenido añadido de aceite o grasa.