Según los últimos datos anuales proporcionados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el consumo de carne y productos cárnicos en España es muy inferior a los máximos recomendados por los organismos oficiales para una alimentación saludable, por lo que el patrón de consumo de carne en España se encuentra dentro de las recomendaciones.
Teniendo en cuenta los datos oficiales de consumo del último periodo tanto en el hogar como fuera de él, el consumo per cápita de carne en España ascendería a 58 gramos al día; desglosado como 34,4 g de carne de porcino, 18,1 g de vacuno y 5,3 g de ovino/caprino. En cuanto a los productos cárnicos, las cifras ascienden a 38 gramos al día.
Estas cifras se encuentran muy por debajo de los niveles máximos propuestos por las sociedades científicas. Concretamente, el consumidor español consume un 42 % menos de carne respecto a la cifra límite señalada por dichas organizaciones como saludable, y un 24 % menos de la cantidad máxima recomendada para productos cárnicos en adultos sanos.
Por otro lado, cabe destacar la importancia de poner dichas recomendaciones dentro de un contexto donde el estilo de vida influye de manera importante. En este sentido, en nuestro país, la carne y los productos cárnicos son ingredientes básicos de todo tipo de recetas, desde las más tradicionales a las más innovadoras, formando parte de la Dieta Mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y considerada una de las más recomendables del mundo.
La carne sigue siendo un alimento que ofrece múltiples beneficios nutricionales, con una amplia variedad de nutrientes y cuyo consumo está recomendado por numerosos organismos de salud. Además, eliminar determinados grupos de alimentos de nuestra dieta podría aumentar el riesgo de padecer deficiencias nutricionales. Por ello, se recomienda tomar carne dentro de un contexto de alimentación saludable, variada y equilibrada, procurando la elección de cortes magros y técnicas de cocinado adecuadas.
En este contexto, se recomienda utilizar métodos de cocinado tales como la plancha, asado o hervido, seguir una dieta equilibrada, consumir una cantidad suficiente de fibra y llevar un estilo de vida activo y saludable, con el fin de promover la salud y el bienestar.
En definitiva, en base a la evidencia científica actual y a los datos de consumo, la carne y productos cárnicos, en cantidades como las consumidas entre los españoles, es segura. Por tanto, parece que en ningún caso se deberían realizar modificaciones respecto a los patrones de consumo de carnes actuales en España.