La carne es un alimento muy apreciado por sus características organolépticas y por ser una importante fuente de minerales, vitaminas y, principalmente, de proteínas de gran valor nutricional. La proteína es un factor vital para el crecimiento y desarrollo del ser humano. Y en este sentido, la proteína cárnica de vacuno, ovino, porcino, caprino y de conejo se convierte en un componente esencial si queremos llevar una dieta saludable.
La clave reside en las cantidades de aminoácidos esenciales que la proteína cárnica aporta al cuerpo humano. Estos aminoácidos no son generados por el organismo y, por lo tanto, únicamente pueden aportarse por medio de la dieta.
La carne también es una importante fuente de aminoácidos no esenciales que tienen propiedades antioxidantes y potencian las funciones neurológicas y musculares. ¿Y qué significa eso? Que su incorporación a la dieta de los adultos contribuye a envejecer mejor.